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Arnold Janssen Spirituality Center

Su Mensaje para Nuestro Tiempo

Arnold Janssen Secretariado – STEYL

Arnold Janssen –

Arnoldo Janssen nació el 5 de Noviembre, 1837 en el pueblo alemán de Goch – muy cerca de la frontera con Holanda. Sus padres eran Gerhard y Anna Katherina Janssen. Arnoldo fue el segundo de 11 hijos; sin embargo, tres de ellos se murieron de una edad muy temprana.

Sus padres tenían una fe muy profunda. La oración diaria y el trabajo diario habían sido completamente integrados a la vida de la familia Janssen. Por la madre Anna Katharina no hubo ninguna duda de que atendería la Santa Misa diaria. Los papas de Arnoldo practicaban las palabras de San Pablo quien dijo: “Oren siempre”; y entonces se crió y fue formado en el espíritu de la oración. No sorprende entonces que cuando era estudiante de secundaria de 13 o 14 años de edad, compuso una oración vespertina larga que no solamente se rezaba en su propia familia sino en otras familias también.

Desde su niñez el deseo de Arnoldo Janssen había sido ser sacerdote; sin embargo no quiso convertirse en sacerdote que pasaría todo su tiempo en una parroquia; él quiso ser un sacerdote y profesor y sus materias favoritas eran matemáticas y ciencias naturales. El 15 de Agosto, 1861 fue ordenado sacerdote en la catedral del pueblo Alemán de Münster; y anteriormente había aprobado sus exámenes como profesor de secundaria.

Después de su ordenación su obispo le envió al pueblo de Bocholt y desde 1861 hasta 1873 daba clases en el colegio ahí. A sus estudiantes mas les gustaba sus clases de ciencias naturales. También ayudaba a los sacerdotes en la parroquia de Bocholt cuando se necesitaba de su apoyo.

Mientras estaba en Bocholt Arnoldo Janssen se juntó al movimiento internacional “Apostolado de Oración en unión con el Sagrado Corazón de Jesús”. Este Apostolado de Oración se originó en Francia y desde ahí se había extendido a lo largo de Europa. En el servicio a este apostolado descubrió su propia vocación apostólica y misionera. Se hizo Apóstol del Sagrado Corazón de Jesús y su lema era: Que viva el Sagrado Corazón de Jesús en los corazones de todos los pueblos! Su deseo de trabajar exclusivamente en la misión de la iglesia creció cada vez mas y finalmente dejó la enseñanza en 1873 y se trasladó al pueblo de Kempen. Ahí trabajaba como capellán en un convento de monjas quienes administraban escuelas para muchachas. Celebraba la misa para las monjas y ayudaba en la enseñanza cuando fuera necesario. Aparte de esto, en Kempen estaba libre para dedicarse completamente a la misión de la iglesia en los países no-cristianos de ultra mar. La primera cosa que hizo fue fundar una revista misionera y el primer numero fue publicado en enero de 1874. Su nombre fue “Kleiner Herz-Jesu-Bote”, eso es “El Pequeño Mensajero del Sagrado Corazón de Jesús”.

Mientras mas se ocupaba en el trabajo misionero de la iglesia mas se daba cuenta con pena del hecho de que los católicos de Alemania, Austria y Holanda no tenían una casa misionera para preparar sus propios misioneros y enviarlos ultra mar, mientras otros países como Francia, Italia, Inglaterra y aun los protestantes en Alemania sí tenían estas casas. Después de encontrarse varias veces con el Obispo Raimondi PIME quien estaba de visita de Hongkong (anteriormente uno de los primeros misioneros a Papua Nueva Guinea) y quien le animaba a él mismo que fundara una casa misionera, poco a poco se daba cuenta que de hecho Dios le había llamado a fundar una casa misionera.

La mayoría de la gente con quien habló sobre su decisión de fundar una casa misionera no creyó en su capacidad para emprender semejante tarea. Mas bien le ridiculizaban. Eso, sin embargo, no lo desanimaba.

Por otro lado había otros quienes le animaban en su decisión como el Obispo Haneberg de Séller. Por largo tiempo le escribía a Arnoldo Janssen diciendo que había sido su deseo personal que una tal casa misionera se construyera. Ciertamente, el Kulturkampf en Alemania, eso es la guerra cultural entre el gobierno Prusiano y la Iglesia Católica en que la Iglesia fue perseguida, causó problemas graves para la Iglesia. Sin embargo, esa persecución de la Iglesia no podía parar la implementación de un plan como aquel que tenía Arnoldo Janssen; mas bien, al contrario, tenía que seguir adelante. “La fortaleza de la fe católica tiene que mostrarse no en base de comentarios negativos, sino sobre la base de proyectos fundamentados en la fe”, escribió el obispo. Estas palabras le brindaron a Arnoldo Janssen la fuerza para seguir adelante con su plan. Aun mas que estas palabras sabias fue su propia fe y confianza en Dios que le hicieron aceptar su nueva vocación. Él mismo dijo una vez: “Necesariamente le pertenece a la providencia de Dios que nos revele sus intenciones poco a poco. De que otra manera podríamos aprender a caminar delante de él en la luz de la fe y con confianza incondicional?”Eso significaba para él que tan pronto que llegara a la convicción de que Dios quería que se hiciera una tarea especial y que Dios quiso que fue él que lo hiciera, con confianza inquebrantable en el resultado exitoso desarrollaba una determinación tranquila para la cual no existía obstáculos insuperables. Sin embargo hubo una gran dificultad que obstaculizaba la fundación de la casa misional en Alemania: fue la época de la ya mencionada Kulturdampf en Alemania. Hay que tener en cuenta que en este tiempo Alemania era una nación conformada de diferentes estados que tenían sus propios gobiernos. El estado mas poderoso dentro de la nación era el estado de Prusia que fue gobernado por un rey quien fue al mismo tiempo Emperador / Kaiser de toda la nación. En esta época fue Emperador Wilhelm II (por quien se nombró la montaña mas alta de PNG, Monte Wilhelm). El Primer Ministro o Canciller (como dicen los Alemanes) de Prusia y a la vez de toda la nación fue Otto von Bismarck (Bismarck Archipiélago de Nueva Bretaña Este). La mayor parte de la población de Prusia era protestante y también el Emperador y Bismarck.

Bismarck logró que el Parlamento emitiera leyes que se iban muy en contra de la Iglesia Católica. Algunos de estas leyes eran obligatorias para toda la nación Alemana. Hubo, por ejemplo, una ley que expulsó los Jesuitas y otras ordenes religiosas de Alemania como los Misioneros del Espíritu Santo, CSSp, quienes trabajan ahora en PNG). A nadie le fue permitido fundar una nueva orden religiosa. Otra ley estipulaba que los sacerdotes no podían encargarse de una parroquia sin que el gobierno aprobara el nombramiento. El nombramiento del obispo no era suficiente . Había otras leyes en contra de la Iglesia Católica y cualquier persona que las infringiera serían severamente castigados, posiblemente encarcelados. Los obispos se opusieron a estas leyes y algunos de ellos fueron encarcelados y aun removidos. Pero no eran los únicos que tenían que sufrir, sino también sacerdotes comunes y laicos contestatarios. Es una simple verdad que la Iglesia fue perseguido por el gobierno. Esta época de persecución es normalmente llamada el “Kulturkampf” o la “Guerra Cultural”.

Como fue prohibido fundar nuevos ordenes religiosos en Alemania, Arnoldo Janssen no pudo comenzar su casa misional ahí. Entonces se fijó los ojos en Holanda donde muchos ordenes religiosos alemanes habían encontrado refugio en la diócesis de Roermond. Históricamente la diócesis de Roermond siempre tenía lazos estrechos con Alemania. Desde hace siglos la diócesis se extendía hacia pueblos que hoy en día pertenecen a Alemenia (como el famoso pueblo de Kevelaer, que es famoso por la capilla con una imagen de la Virgen donde se acuden miles de católicos cada año de Alemania y Holanda en peregrinación. Arnoldo Janssen se iba ahí con frecuencia como estaba cerca de su pueblo natal de Goch.

Arnoldo Janssen encontró un trozo de tierra en la pequeña aldea de Steyl, cerca de los pueblos de Tegelen y Venlo (hoy Steyl es parte de la ciudad de Venlo). El 4 de agosto, 1875 compró la casa y la tierra. Ambos estaban situados al lado del río Maas. No era una casa familiar sino una taberna. Pocos años antes de la llegada de Arnoldo Steyl había sido un lugar importante para el comercio. Hasta veinte barcos pequeños se anclaban cada día en el muelle de Steyl. Comerciantes de la vecina Alemania venían para comprar mercancía de los barcos para llevarla de regreso a Alemania para vender de nuevo. Se alojaban en aquella taberna esperando la llegada de los barcos o simplemente para descansar un rato y comer algo. Pero después llegó el ferrocarril para transportar toda la mercancía y los barcos dejaban de venir a Steyl para desembarcar su mercancía y la taberna perdió toda su clientela. Entonces cuando Arnoldo buscaba una casa el dueño le vendió la casa y la tierra en seguida. El 8 de Septiembre, 1875 la nueva casa misional fue solemnemente bendecida y inaugurada y la antigua taberna se convirtió en la nueva y la primera Casa Misional Alemana-Austriaca-Holandés San Miguel, reclutando y preparando Alemanes, Austriacos y Holandeses para ser misioneros de ultra mar.

Steyl fue la primera casa misionera fundada por Arnoldo Janssen. En 1888 una casa de estudios abrió en Roma y en 1889 fundó una tercera casa misionera en Austria, cerca de la capital Viena. Para poder iniciar aquella casa tuvo que enfrentar una dificultad muy diferente de aquella cuando planeaba su primera fundación. Debido a que iba a ser un Instituto de Educación Superior, eso es un Colegio en que se enseñaba filosofía y teología, el gobierno Austriaco insistía en que solamente un ciudadano Austriaco podía fundar un instituto educacional de esta naturaleza. Arnoldo veía dos posibilidades para resolver el problema; o llamar al Padre José Freinademetz de la China, como era ciudadano Austriaco, o él mismo tomaría la ciudadanía Austriaca, y eso es lo que hizo. Cerca de Viena la aldea pequeña de Goggendorf le aceptó a Arnoldo como miembro de su comunidad y eso le permitió hacerse ciudadano Austriaco. Para eso tuvo que renunciar a su ciudadanía Prusiana o Alemana. Una vez hecho esto podía iniciar la nueva casa misional que dedicó al arcángel San Gabriel.

Por mas que Arnoldo se identificaba con el servicio del trabajo misionero ultra mar, no olvidaba de cuidar los católicos de Europa. Entonces permitió que todas las casas misionales recibiera laicos y laicas o sacerdotes diocesanos para retiros. Desde 1877 hasta Enero 1909 cuando se murió Arnoldo Janssen, cerca de 65,000 hombres y mujeres habían llegado solamente a Steyl para hacer sus retiros ahí; eso quiere decir casi 3,000 por año.

Las revistas que publicó también estaban dirigidas al cuidado pastoral de los católicos en los países de Europa donde se hablaba alemán: primero “Kleiner Herz-Jesu-Bote” (El Pequeño Mensajero del Sagrado Corazón de Jesús) y después “Die Holy Stadt Gottes” (La Ciudad Santa de Dios. Según el plan de Arnoldo Janssen esta ultima revista debe publicar historias sanas y novelas interesantes, dibujos y cuadros ilustrando la vida diaria además de eventos diarios y mundiales; en breve, algo de una variedad atrayente que sea adecuado para ocupar el tiempo libre de una manera agradable y instructiva, como él mismo escribió. Sería útil para la difusión de conocimiento provechoso, especialmente conocimiento de aquel “templo de Dios maravilloso que es la naturaleza” en el cual Dios nos ha ubicado para que nos proclamara la existencia de Dios, su grandeza y todas sus cualidades ilustres. Finalmente, pero no menos importante, la revista tenía que impartir conocimiento religioso. En breve, la revista tenía que brindar conocimiento general sólido y formación a las familias católicas.

Arnoldo Janssen se murió el 15 de Enero, 1909. Hasta estas fechas y bajo su guía, desde aquellos comienzos minúsculos en Steyl, tres congregaciones habían crecido que trabajaban en 14 países de Europa, Asia, America Latina y Los Estados Unidos. Eran la Sociedad del Verbo Divino, en Latín Societas Verbi Divini – SVD, la Congregación de Las Siervas Hermanas del Espíritu Santo, en Latín Congregatio Servarum Spiritus Sancti – SSps, y la Congregación de Las Siervas Hermanas del Espíritu Santo de Adoración Perpetua, en Latín Congregatio Servarum Spiritus Sancti de Adoratione Perpetua- SSpSAP.

Al tiempo de su muerte Arnoldo Janssen era un hombre exitoso. Sin embargo no atribuyó este éxito a si mismo. Sabía que debía todo su éxito a la gracia de Dios para cual estaba sumamente agradecido. El 8 de Septiembre, 1875, en la bendición de la primera casa misional en Steyl había dicho: “Si esta casa se transforma en algo grande y maravilloso estaremos agradecidos a la gracia de Dios”. Hoy día mas de 10,000 misioneros y misioneras tienen a Steyl como su lugar de origen. Pertenecen a mas de 60 países y trabajan en 70 países del mundo. Dondequiera que estén en el mundo honran a Arnoldo Janssen como su “Pater, Dux et Fundator” como se lee en su sarcófago – el ataúd de hierro que contiene su cuerpo en la iglesia baja de Steyl, y estas tres palabras significan que honran a Arnoldo Janssen como su “Padre, Lider y Fundador”. Su casa común espiritual es Steyl; ahí todos tienen sus raíces. Por ende el suelo de Steyl es suelo sagrado para ellos – porque un hombre santo, un Santo, comenzó ahí este labor que ellos han heredado y sobre este suelo de Steyl un Santo ha encontrado su lugar final de descanso terrenal.

Ya a la hora de su muerte mucha gente estaba convencido de que Arnoldo Janssen era un Santo. Al difundirse la noticia de la muerte de Arnoldo cientos de telegramas y cartas de condolencia llegaron a Steyl. Todos destacaron las mismas cualidades de carácter del fundador: sencillez, humildad, el espíritu de trabajo arduo, confianza en Dios, piedad y aquellos logros magníficos en bien de las misiones con la bendición visible de Dios.

Gente de las aldeas, monasterios y conventos cercanos vinieron a ver su cuerpo por ultima vez. Era un hombre santo, dijeron muchos.

Uno de los amigos cercanos de Arnoldo Janssen, el fraile franciscano y Obispo Dobbing de la diócesis Italiano de Nepri-Sutri, dejó un consejo muy practico para los hijos e hijas espirituales de Arnoldo Janssen. Expresó su esperanza de que Janssen un día sería declarado Santo y añadió. “Entonces, solo es justo comenzar temprano a coleccionar todo lo que está relacionado a este hombre bendito”. Fue un consejo sabio que dio el obispo. Porque todas esas cosas se requerían una vez que comenzaran los procedimientos que terminaron en la beatificación de Arnoldo Janssen in 1975 y que llegó a su canonización el 5 de Octubre de 2003.

Josep Freinademetz –

 “He venido a prender fuego en la tierra y ojalá que ya estuviera ardiendo” (Lc. 12:49)

José Freinademetz nació el 25 de abril en la pequeña aldea de Oies en el Valle Gader en los Alpes del sur de Tirol. Sus padres eran Johan Matthias y Anna Maria Freinademetz. Era el cuarto de trece hijos, cuatro de quienes se murieron a una edad temprana. La aldea de Oies pertenecía a la parroquia de Abtei en la diócesis Brixen en aquel tiempo (hoy día diócesis de Bozen-Brixen).

Freinademetz pertenecía a un grupo muy especial de personas, los Ladinos que tienen su propia idioma Ladino. Cuando nació Tirol era parte de Austria y, por ende, Freinademetz era ciudadano Austriaco. Estaba dotado con el don de aprender idiomas; hablaba Ladino, Italiano, Alemán, Latín, Francés, y en China aprendió dos idiomas Chinos. Su padre era agricultor y cuidar una granja en los Alpes significaba un trabajo sumamente duro. Este trabajo duro nunca obstaculizaba a la familia Freinademetz en apartar tiempo para la oración. La oración y el trabajo era una sola actividad. Durante el invierno su padre Johann Matthias Freinademetz se iba a la misa todos los días, aunque en el verano no siempre podía hacerlo diariamente, pero lo hacía siempre cuando era posible. Para llegar a la iglesia le tocaba caminar 30 minutos.

José Freinademetz estudió la primaria en Abtei donde la enseñanza se daba en Ladino. Atendió el secundario en el pueblo grande de Brixen donde la enseñanza se daba en Alemán que tenía que aprender antes de asistir al colegio. Al terminar el colegio se fue al Seminario Mayor para prepararse para el sacerdocio diocesano y un año antes de terminar sus estudios fue ordenado sacerdote el 25 de Julio, 1875 por el Obispo Gasser de Brixen. Desde 1876 servía como párroco asistente en la parroquia de San Martín de Turn, cerca de su hogar.

Freinademetz fue ordenado para servir en la diócesis de Brixen; sin embargo, desde su tiempo en el colegio también quiso ser misionero. Una vez escuchó en un sermón un versículo del Libro de Lamentaciones del Antiguo Testamento que decía: “Los niños están mendigando comida que nadie les da” (Lam. 4:4). Cuando escuchó estas palabras otra vez en Semana Santa le impactaron bastante y dijo a un amigo: “Escuchaste de que está lamentando Jeremías? Los niños mendigan comida. Ellos son los pobres niños paganos. Están mendigando la comida de la verdad; sin embargo, solo hay muy pocos mensajeros de la fe, muy pocos misioneros. Ojalá que yo pudiera convertirme en un mensajero así, un misionero. En aquel entonces no hubo un lugar todavía para preparar misioneros germano-parlantes donde podía cumplir su sueño. Entonces decidió primero rezar para recibir la gracia de una vocación misionera.

Sintió que se escucharon sus oraciones cuando en Enero de 1878 leyó un articulo en el periódico diocesano acerca de la nueva casa misional en Steyl. Con el permiso de su obispo escribió a Arnoldo Janssen el 28 de Febrero, 1878 en Steyl pidiendo el ingreso a la casa misional para hacerse misionero. Dos semanas después recibió la carta de aceptación de Arnoldo Janssen. El 27 de Agosto, 1878 Freinademetz finalmente llegó en Steyl para comenzar su vida como misionero.

Junto con un joven sacerdote Baviero, Johann Anzer, recibió su destino misionero para China, pero no fue hasta el 3 de Marzo que los dos podían salir de Steyl y comenzar su viaje a China. Primero Freinademetz se fue a su casa para despedirse de sus padres, parientes y amigos y de ahí se fue a Roma y después a Ancona desde done él y Anzer partieron para China el 15 de Marzo, 1979. Una vez al bordo el barco comenzó a extrañar su familia y describió sus pensamientos con estas palabras: “Ya no estamos sobre el suelo Europeo y pensamientos extrañas cruzan por mi mente; tengo que partir de mi casa, mis amigos, mis padres. En casa ya había construido una vida buena y feliz. En mis primeros años de sacerdocio solo veía las a rosas floreciendo para mi; un circulo de gente y amigos sinceros me rodeaba. Ahora me estoy arrancando de todo eso y en un mundo diferente tengo que comenzar la búsqueda de nuevos amigos, el aprendizaje de nuevos idiomas; en breve, comenzar completamente de nuevo. ¿Que has hecho? Pero, que es lo que quieres hacer? Quieres salvar almas para el cielo! Y mi corazón herido fue curado”.

El 20 de Abril el barco llegó a Hongkong. Dos estudiantes del seminario mayor les esperaba. Freinadametz describe sus sentimientos: “Rezando el Te Deum en silencio, nuestros corazones latiendo con emoción, eso es como pasamos por las calles repletos de esa gran ciudad oriental hasta la residencia del obispo. Habíamos llegado al final de nuestro viaje. Alabado sea Dios por todo”.

Escribió a un amigo en Abtei un poco antes de terminar el viaje y todavía en el barco; “Tendría que decirte mucho.... he llegado a la conclusión de que no debemos preocuparnos demasiado de este mundo de maldad, sino que busquemos mejor el progreso en la ciencia verdadera.... en el amor al Sagrado Corazón, especialmente en estar unidos a él en su sufrimiento”. Y habría sufrimiento, mucho sufrimiento.

Cuando Freinademetz y Azner aterrizaron en Hongkong, había mucha tensión en China y los misioneros y los nuevos cristianos Chinos eran victimas de estas tensiones.

Los Chinos están orgullosos de su cultura y religión. Cientos de años antes de la llegada de Freinademtz y Azner había misioneros católicos en China. Los misioneros Jesuitas Matteo Ricci y Johann Adam Schall von Bell y otros como ellos fueron muy apreciados por el Emperador Chino y la gente educada, porque eran científicos de primera. Su manera de enculturar la fe cristiana dentro de la cultura China fue altamente apreciado y muchas personas se convirtieron al cristianismo. Sin embargo, la Congregación Vaticana de Propagación de la Fe prohibió su manera de realizar el trabajo misionero en adaptarlo a las costumbres y creencias de la gente. A los católicos Chinos les fue prohibido venerar los ancestros o participar en el culto a Confucio. El Emperador interpretó esta decisión del Vaticano como un insulto al pueblo Chino y a sus ancestros y él a la vez prohibió cualquier actividad misionera y expulsó a todos los misioneros.

Durante el siglo 19 los países Europeos organizaron guerras contra China; primero los Ingleses lucharon contra los Chinos porque querían exportar opio a China para pagar con opio por el té que ellos importaban de China – algo que no aceptaron los Chinos. El resultado fue la Guerra del Opio que duró de 1840 a 1842 y en que los Chinos fueron derrotados. Desde 1856 a 1860 hubo una segunda guerra en que los Ingleses se juntaron con los Franceses y otra vez derrotaron a los Chinos. Fueron obligados a pagar indemnización de guerra a Inglaterra y Francia, aceptar el comercio de opio como medicina extranjero, abrir el uso de algunos de sus puertos para el comercio con Europa y permitir el trabajo misionero dentro de China.

Los Chinos se sintieron humillados y odiaban todos los extranjeros, incluyendo los misioneros. Cualquier extranjero fue considerado como “diablo extranjero”. Además, los Chinos no-cristianos no podían entender porque les fue prohibido participar en la veneración o culto de los ancestros y a Confucio, y eso fue otro motivo por el odio contra los misioneros. Aquellos Chinos que se convirtieron al cristianismo también experimentaron este odio y aun mas que los misioneros. Muchos de ellos perdieron sus casas, sus posesiones y hasta sus propias vidas.

Así era la situación cuando Joseph Freinadmetz y Johann Baptist Anzer desembarcaron en China como los primeros misioneros de la nueva casa misional fundada en Steyl, y esta situación ensombreció toda su vida y trabajo en China.

Freinademetz y Anzer se quedaron dos años con el Obispo Raimondi en el Vicariato Apostólico de Hongkong. Mientras Anzer enseñaba en el seminario, Freinademetz pasó estos dos años en una parroquia rural. Era como un aprendiz misionero. Aprendió el idioma local y cambió su aspecto; desde ahora en adelante solo se vestía con ropa china y se afeitó la cabeza con la excepción de algunos pelos por atrás donde ató una trenza. Mas tarde hizo una trenza con su propio pelo.
Sin embargo, este cambio externo no significaba un cambio interno ni una adaptación al pueblo Chino y a sus costumbres y creencias. Antes de que hiciera esta adaptación Frienademetz experimentó un choque cultural. Su idea del trabajo misionero había sido completamente diferente y se quedó profundamente decepcionado y desanimado con la realidad y eso a la vez le hizo mirar a los Chinos y toda la realidad China de una manera negativa. Si los misioneros no tuviera motivos superiores tendrían que tomar el paso siguiente y regresar a Europa. Afortunadamente, Freinademetz pudo superar su experiencia de choque cultural – en cuanto que sea posible- y se hizo Chino para los Chinos.

En 1881 Anzer y Freinademetz terminaron su “aprendizaje” misionero. Desde Roma Arnoldo logró conseguir un territorio propio para sus misioneros. Los Franciscanos que atendían a Shantung entregaron Shantung Sur a los misioneros de Steyl. Anzer fue nombrado Superior Eclesiástico de esta misión y después de algunos años Shantung Sur fue elevado al rango de Vicariato Apostólico y Anzer fue nombrado su primer obispo y Vicario Apostólico.

En marzo de 1882 Freinademetz llegó a Shantung Sur. Hasta su muerte iba a brindar una variedad de servicios a la gente y a la iglesia de Shantung Sur y también a su orden misionera, la Sociedad del Verbo Divino. Él era un misionero “ambulante” que se trasladaba de un lugar a otro, fundando nuevas comunidades cristianas y fortaleciendo los antiguos en su fe. Cada vez que el obispo viajaba al extranjero él jugaba el papel de administrador del Vicariato Apostólico. Era el superior provincial de la Sociedad del Verbo Divino y como tal representaba al Superior General, Arnoldo Janssen, en China y entonces fue su colaborador mas cercano ahí. El sufrimiento era parte del trabajo misionero; por ejemplo, había ataques hostiles contra su vida por aquellos que odiaban a todos los extranjeros y sufrió la decepción por parte de personas en quienes había confiado y que traicionaron esa confianza. A pesar de eso su amor hacia la gente China crecía y decía: “En el cielo también solo quiero ser Chino”.

Al amar a China y los Chinos no se olvidaba de su tierra natal de Tirol y su país Austria. Mantuvo un interés agudo en todos los eventos eclesiales y políticos de su tierra. Durante los últimos años de su vida le daba mucha alegría poder enviar un mensaje de felicitaciones al represente del Emperador Austriaco en Beijing por el cumpleaños del Emperador.

La primera biografía sobre la vida de José Freinademetz fue escrito por el Obispo Augustinus Henninghaus, SVD. Primero, había sido un misionero junto con Freinademetz, como su pupilo y después su superior como obispo. Ordinariamente hay tres obispos cuando se ordena un nuevo obispo; sin embargo, uno de ellos que iba a consagrar al Obispo Henninghaus se cayó repentinamente enfermo y no se pudo encontrar otro obispo para asistir a la consagración. Entonces le pidieron al Padre Freinademetz que actuara como reemplazo en representación del obispo enfermo y puso sus manos sobre la cabeza del nuevo obispo.

Debido a su relación cercana nadie le conocía a Freinademetz tan a fondo como el Obispo Henninghaus y por eso su descripción de Freinademetz es sumamente valiosa. Obispo Henninghaus escribe así: “él tenía un buen entendimiento de las cosas, una memoria fiel y un talento real por aprender idiomas”. (Su dominio del idioma chino fue impecable, decía un Chino)

“Salvar las almas, conducirlos a la fe verdadera, a una autentica vida cristiana, sacrificarse completamente, no tener miedo del trabajo duro; en breve, ser un misionero con corazón y alma, eso fue su ideal. Eso es lo que significaba para él ser sacerdote”.

Los misioneros miraban al obispo como padre y al Freinademetz como madre de la misión. El Obispo Henninghaus comenta: “Una madre por su influencia suave y profunda, en su cuidado amoroso del bienestar verdadero y religioso de cada individuo y esa influencia crecía mas y mas para toda la misión, y de esa manera, mas que cualquier otra cosa que hizo, llegó a ser una bendición para Shantung Sur.
Reflexionando sobre el desarrollo hacia fuera de la misión, el Obispo Henninghaus describe la contribución de Freinademetz así: “Sabemos cuan miserable eran los comienzos...... la situación que Obispo Anzer y Padre Freinademetz encontraron cuando llegaron a Shantung Sur, y como la misión creció tremendamente durante los 26 años que P. Freinademetz trabajaba ahí. Mientras que en épocas anteriores ni siquiera se conocía el nombre de la religión cristiana católica, ahora hay mas de 1,000 aldeas donde existen casas dedicadas al servicio religioso, donde suena una campana convocando a la oración y se ve la señal de la cruz en todas partes. Mientras que en tiempos anteriores los misioneros fueron echados de los pueblos de manera grosera, ahora es posible iniciar una estación misionera en casi cualquier lugar y ya no hubo distritos donde el nombre católico no era conocido de alguna manera. P. Freinademetz vio todo eso ocurrir y aunque no fue todo su trabajo, de una manera u otra él había participado en todo. En algunos lugares él mismo había colocado la primera piedra y de todas maneras había hecho lo máximo para profundizar y santificar todas las actividades de la misión. Como Moisés en la montaña, durante largas horas de oración había amparado su gente, protegiéndoles y bendiciéndoles en todas sus labores y en medio de todos los peligros él se les había adelantado siempre sin miedo y preparado para el sacrificio. Este ejemplo de vida mostraba como y debe ser un buen misionero. Eso es lo que da tanto significado a su vida en Shantung Sur y para otros lugares también.”

El 28 de enero, 1908, José Freinadaemetz murió de tifoidea en su residencia de Taikia como Superior Provincial. En este tiempo, además de ser Superior Provincial, actuaba como administrador del Vicariato Apostólico porque Obispo Henninghaus estaba en Alemania. Inmediatamente después de su muerte el mensaje siguiente fue enviado al Superior General Arnoldo Janssen en Steyl: “Hace poco tiempo, a las 18:00 horas nuestro buen Vicariato Apostólico encargado se murió de tifoidea ....... en su enfermedad nos dio un testimonio heroico de paciencia. No quería morir pero se entregó a la santa voluntad de Dios”. P. Janssen contestó: “El Señor nos ha llevado este segundo fundador de la misión, esta alma buena y santa quien ganó meritos tan grandes y inmortales en su trabajo por Shantung Sur. Entonces esperamos que se le ha preparado su corona celestial y que el Señor le ha llamado para dar a su siervo fiel el descanso bien merecido y un lugar hermoso en su reino sublime. Cuanto mas entusiasmo, entrega y auto sacrificio con que trabajaba, ahora se llenará con mas alegría, pero también será nuestro intercesor delante del trono celestial”.

Un cristiano chino dijo: “Siento que he perdido mi padre y mi madre”.

Una Hermana Misionera del Espíritu Santo escribió: “Desde ahora mismo querríamos venerar nuestro muy admirado Padre Superior Freinademetz como un Santo...... el único consuelo para nosotros pobres huérfanos ahora es que tenemos un intercesor excepcionalmente bueno; eso lo confirmará el futuro”

Bueno, la realidad sí lo ha confirmado: El 5 de Octubre, 2003, José Freinademetz ha sido dado a todo el mundo como un Santo.

Daniel Comboni –

Los Africanos tienen que ser misioneros a los Africanos

El 5 de Octubre, 2003 un tercer misionero grende fue canonizado: Daniel Comboni. Él y Arnoldo Janssen se conocieron personalmente y Comboni le visitó a Jannsen en Steyl. En su revista misionera, Der Kleine Herz-Jesu-Bote – El Pequeño Mensajero del Sagrado Corazón de Jesús- Janssen frecuentemente informaba sobre Comboni y su trabajo y la mayor parte de lo que se dice de Comboni es tomado de estos artículos; es actualmente Janssen quien habla de Comboni.

Daniel Comboni nació el 15 de Marzo, 1831 en Limone, Italia. Entró en el Instituto de la Misión Mazza que había sido fundado por el sacerdote Italiano Don Mazza . Fue ordenado sacerdote en 1854. El Instituto Mazza enviaba sus misioneros al Vicariato Apostólico de África Central que había sido fundado en 1846. Muchos de los misioneros se enfermaron y murieron. Comboni se fue a Sudan en 1858 pero tuvo que regresar a Italia un año después debido a una enfermedad. La perdida de tantas vidas misioneras resultó en el cierre de la actividad misionera en África Central pero Comboni nunca dejó de soñar en ser misionero en África.

En Roma en 1864 fue beatificada Margaretha Maria Alacoque quien era una gran admiradora del Sagrado Corazón y a quien le había aparecido Jesús para entregarle la tarea de promover la veneración a su Sagrado Corazón. Comboni estaba presente en la ceremonia de beatificación durante la cual sintió un enorme deseo de trabajar por la cristianización de África. También se daba cuenta del plan según el cual el trabajo misionero debe proceder. Fue un plan de dos ejes:

  1. En África se deben construir casas para europeos y nativos africanos en que misioneros nativos africanos deben prepararse para ser misioneros entre su propia gente. Los Africanos tienen que ser misioneros para los Africanos!

  2. En Europa se deben fundar colegios para preparar el personal para administrar los centros de estudios en África.

Desde ahí en adelante Comboni buscaba apoyo para su plan pero casi nadie parecía interesado debido a la perdida de vidas en la época anterior. Entonces el 1 de junio de 1867 Comboni fundó el Instituto para la misión en Nigrizia, como él le llamaba a África. Sería una comunidad de sacerdotes y hermanos laicos quienes se dedicaban a la evangelización de África; eso es, iban a preparar nativos africanos para ser misioneros entre su propia gente. El centro de esta comunidad era y es Verona en Italia y hoy día la comunidad se llama “Misioneros Combonianos del Sagrado Corazón de Jesús”, en latín “Missionari Comboni Cordis Jesu (MCCJ).
Durante el Primer Concilio Vaticano Comboni escribió una petición en nombre del trabajo misionero en África y les pidió a los obispos reunidos para el Concilio que la firmaran y la apoyaran. De una manera corta y apremiante le solicitó al Concilio que tomara medidas efectivas para la conversión de África.

Comboni viajaba sin descansar a través de Europa para conseguir apoyo para la misión en África. Encontró este apoyo en Colonia de Alemania donde ya existía una asociación que tenía la meta de apoyar la misión en África y le dio una ayuda financiera generosa. También encontró apoyo en Tirol Sur, Bavaria, Bélgica y Inglaterra.

El 1 de enero, 1872 Comboni fundó una congregación de hermanas misioneras que también tiene su centro en Verona. La tarea principal de estas hermanas sería de preparar mujeres africanas para evangelizar a África.

En 1872 la Congregación Vaticana para la Propagación de la Fe estaba dispuesta a brindar nueva vida al Vicariato Apostólico de África Central y lo confió a la congregación de Comboni. Él mismo fue nombrado Superior de la misión y escogió el pueblo de Khartoum en Sudan como centro de sus actividades misioneras.

En este área misionero que fue encargado a Comboni florecía el comercio de esclavos. Cuando Comboni se encontraba con esclavos consiguió su libertad y les daba la oportunidad para vivir en terrenos que había comprado, brindándoles la posibilidad de apoyarse a si mismos.

En 1877 Comboni fue nombrado Vicario Apostólico para África Central y el 15 de agosto, 1877 fue ordenado obispo en Roma. El 5 y 6 de este mismo año visitó a Arnoldo Janssen en Steyl y durante esta visita le animaba a Janssen a fundar una congregación de hermanas misioneras – lo que hizo posteriormente, como sabemos.

Descubrimos mas de la personalidad de Comboni al leer algunos de sus escritos. Una vez escribió una carta para agradecer aquella asociación de Colonia que le dio apoyo financiero y al final de la carta escribió: “En cuanto a mi y mis misioneros que sepan que nuestros corazones se llenan de alegría mientras nos dedicamos nuestras vidas al bienestar en esta parte del mundo que es todavía casi desconocida y donde hay tanta miseria, con el propósito de convertirla a Jesucristo. Nuestro único programa, que queremos llevar adelante con la ayuda de Dios y usando todos los medios de la prudencia y sabiduría humana, es “o los africanos o la muerte”, Aut Nigritia aut mors.

Cuando llegó en Khartoum para comenzar su labor como el recién nombrado Superior del Vicariato Apostólico en África Central, les dijo a la gente ahí: “Regreso donde ustedes para pertenecer siempre a ustedes y dedicarme para siempre en trabajar por su bien día y noche, en la intemperie siempre me encontrarán listo para servirles en sus necesidades espirituales. Ricos y pobres, patrones y esclavos, siempre tendrán el mismo acceso a mi corazón. Su bienestar será el mío también, igual que sus sufrimientos serán los míos. Quisiera tener todo en común con cada uno de ustedes y el día mas feliz de mi vida será cuando puedo entregar mi vida por ustedes.”

Durante su visita a Steyl Comboni contó historias de su vida. Arnoldo Janssen escribió: “Cuan emotivas eran sus historias acerca de las dificultades que había encontrado, de los fallos de juicio, la difamación y las acusaciones injustas que tuvo que aguantar y además acerca de la falta de confianza que experimentó a lo largo del camino espinoso. Debido a eso su trabajo será fundamentado sobre cimientos mucho mas sólidos. Y al final Monseñor Comboni añadió: “Sed confidete, cornua Christi sunt fortiori quam cornua diaboli”, que quiere decir “Tengan confianza, los cuernos de Cristo son mucho mas fuertes que los cuernos del diablo”.

Daniel Comboni se murió el 10 de Octubre, 1881 en Khartoum, Sudan.

En la edición de junio de Kleiner Herz-Jesu-Bote (Pequeño Mensajero del Sagarado Corazón de Jesús) Arnoldo Jannsen introdujo a Daniel Comboni a sus lectores con estas palabras casi proféticas: “Ha llegado la hora para decir algo acerca de este misionero cuyo nombre algún día seguramente se mencionará con honor después de que muchos otros han sido olvidados de los que ahora se jactan de sus descubrimientos en África.”

Cuanto Arnoldo Janssen tenía razón! El 5 de Octubre, 2003 el nombre de Daniel Comboni fue nombrado con honor cuando el Papa Juan Pablo II escribió su nombre en el Libro de los Santos y lo alzó a los honores del altar.

Arnoldo Janssen – José Freinademetz – Daniel Comboni

Tres compañeros de alma

Arnoldo Janssen, José Freinademetz y Daniel Comboni fueron canonizados el mismo día, eso fue el 5 de octubre, 2003. Entonces estos tres hombres tuvieron el día de su canonización en común. Sin embargo, tienen mucho mas en común que simplemente el día de su canonización como veremos abajo.

Los tres provienen de familias sencillas y profundamente piadosas. Todos nacieron en el siglo 19 y eso fue un siglo muy especial. Fue un siglo que vio grandes innovaciones técnicas y cambios políticos. Fue un siglo durante el cual la iglesia fue odiada y perseguida en muchas partes del mundo y durante el cual la iglesia comprobó la fuerza de su fe de distintas maneras, especialmente por el florecimiento nuevo de la actividad misionera a que los tres contribuyeron su parte. Fue el siglo del Sagrado Corazón de Jesús y los tres estaban repletos de un gran amor hacia el Corazón de Jesús y con un amor igualmente grande por el trabajo misionero de la iglesia. Su amor hacia el Sagrado Corazón les hizo posible ser Apóstoles del Sagrado Corazón y sacrificar sus vidas para cumplir los deseos del Sagrado Corazón dentro de la tarea misionera de la iglesia. Como Jesús ellos aceptaron la humillación y las burlas por el amor a la gente a quienes habían sido enviados. Los tres expresaron su amor al Sagrado Corazón de maneras similares: Arnoldo Janssen tenía el lema “Vivat cor Jesu in cordibus hominum” (Que viva el Corazón de Jesús en los corazones de todas las personas).
José Freinademetz y Daniel Comboni solían concluir sus cartas con palabras como “In Sanctissimo Corde” o “In Sanctissimo Corde Jesu” – “En el Sagrado Corazón de Jesús, atentamente.......”.

Llenos de amor por el Sagrado Corazón, José Freinademetz y Daniel Comboni estaban dispuestos a entregar sus vidas en servir la gente bajo su encargo.
Al comienzo de la Revolución Boxer en China, Freinademetz, como Superior de la misión fue ordenado por oficiales del gobierno chino y por oficiales de la Colonia Alemana que salieran de la misión junto con todos sus misioneros y que buscaran un lugar seguro. Freinademetz no quiso hacer eso; como puede un Superior de la misión dejar sola a su gente? Estaba decidido en quedarse. Les dijo a sus compañeros misioneros: “Váyanse ustedes. Todavía son jóvenes y fuertes y pueden trabajar muchos años en bien de las misiones. Yo estoy ya medio muerto. A quien le importa si me muero? No hay razón para no sacrificarme. Y no salió sino se quedó con sus cristianos fieles.

Cuando Janssen escuchó esta noticia escribió mas luego a Freinademetz: “Te enfrentaste con el peligro de una muerte casi segura y te lanzaste a la jaula de los leones para quedarse fiel hasta el ultimo con sus hijos perseguidos..... es cierto que creíste que fue la voluntad de Dios de que te quedaras y me imagino que sentiste el impulso extraordinario del Espíritu Santo que te dio la valentía para hacerlo. Quisiera juntarme a ti en esta convicción y entonces te felicito desde el fondo de mi corazón por lo que hiciste.”

Monseñor Comboni tenía un mismo pensar y dijo una vez: “La cruz es el camino real que conduce al triunfo. El Sagrado Corazón también latía para los africanos. El verdadero apóstol nunca se rinde ante los obstáculos mas difíciles ni las objeciones mas feroces, y se mantiene firme para enfrentar todo tipo de dificultad y el impacto de las tormentas mas furiosas. Camina por el sendero del martirio hacia el triunfo”.

Arnoldo Janssen publicó estas palabras en su revista, “El Pequeño Mensajero del Sagrado Corazón de Jesús”, y evidentemente podemos concluir que estaba muy de acuerdo.

Todo lo dicho hasta ahora nos indica que Arnoldo Janssen, José Freinademetz y Daniel Comboni compartían un mismo pensar y corazón, eran compañeros de alma”.

Al mirar las vidas de estos tres hombres vemos que estaban unidos de una manera maravillosa.

Mucho antes de conocerse un mismo sacerdote impactó las vidas de Arnoldo Janssen y José Freinademetz y ese sacerdote era Padre Malfatti S.J., el director del “Apostolado de Oración en Unión con el Sagrado Corazón de Jesús” para Alemania y Austria-Hungria. Con su sugerencia Arnoldo Janssen aceptó el trabajo como director de este apostolado de oración en la diócesis de Münster. Este mismo Padre Malfatti se iba cada año a Brixen para predicar el retiro anual a los seminaristas ahí y Freinademetz era uno de ellos. Es probable que P. Malfatti predicaba estos retiros en el espíritu del Apostolado de Oración y entonces, por el intermediario de P. Malfatti, las vidas de Arnoldo Janssen y José Freinademetz fueron impactados por este espíritu y eso influyó en hacerles compañeros de alma.

Arnoldo Janssen y Daniel Comboni se encontraron personalmente. Se puede presumir que, durante su estadía en Brixen, Freinademetz por lo menos escuchó algo acerca de Comboni y quizás lo vio también. Uno de los profesores de Freinademetz, P. Chrysostomus Mitterrutzner, había apoyado la misión en África Central desde 1850 y cuando Comboni y sus sacerdotes y hermanos se encargaron de esa misión él era uno de los grandes admiradores de Comboni. Como Comboni viajaba mucho para visitar sus colaboradores es muy probable que visitó Brixen también.

La relación entre Arnoldo Janssen y Comboni se remonta a sus años en Bocholt. En ese tiempo recaudaba bastante dinero para Comboni quien le escribía con frecuencia y entonces una amistad se creó gradualmente entre los dos quienes compartían tantas ideas y ideales. La prueba de eso son los numerosos artículos sobre Comboni que Janssen publicó en el “Pequeño Mensajero del Sagrado Corazón de Jesús” desde 1877 en adelante y aun después de la muerte de Comboni (de marzo a diciembre 1883 publicó un artículo sobre Comboni en cada edición de su revista).

La visita de Comboni a Steyl el 5 y 6 de noviembre 1877 era inolvidable para Arnoldo. El obispo se sorprendió como Steyl había crecido en tan corto tiempo y dijo a Arnoldo en latín: “Non parvam vel mediocrem, sed permagnam benedictionem Dei tu habuisti, crede mihi, scio de hac re”, que quiere decir “No has recibido una bendición pequeña ni mediocre, sino una bendición muy grande de Dios; créame, entiendo estas cosas”.

Como ya dicho, esta visita era inolvidable para Arnoldo Janssen y después de la muerte de Comboni, Janssen escribió en el “Pequeño Mensajero del Sagrado Corazón de Jesús”: “Quien escribe estas líneas nunca olvidará el impacto que me hizo la personalidad de Comboni. El fuego de entusiasmo que radiaba como relámpago de los ojos de este hombre apostólico, las palabras que fluían con tanta elocuencia de sus labios cuando comenzó a hablar de la gran tarea de la propagación de la fe. Todo eso mostró cuanto entusiasmo por la fe santa y cuanta energía vivía en él. Unido a estas cualidades internas era su físico impresionante y fuerte; en verdad Monseñor Comboni era todo un misionero, un obispo, un apóstol. Comboni también apreciaba a Arnoldo Janssen y una indicación de eso fue el hecho de que concluía algunos de sus cartas a él con palabras como “Tuissimus Daniel Comboni”. “Tuissimus” es el superlativo de “tuus” que quiere decir “tuyo”.

Como él mismo decía, Arnoldo Janssen admiraba la naturaleza sencilla y modesta y el espíritu maravilloso de fuego de Daniel Comboni.

Una naturaleza sencilla y modesta y un espíritu maravilloso de fuego era una característica común en estos tres hombres Beatos y que después fueron Santos. Sus corazones estaba lleno con el amor por el Sagrado Corazón de Jesús hacia todos los pueblos y razas y estaban unidos en el deseo de: “Que Viva el Corazón de Jesús en los corazones de todas las personas!” (Vivat Cor Jesu in Cordibus Hominum).

Con este fin sacrificaron sus vidas: Daniel Comboni se murió de fiebre tropical a los 50 años y José Freinademetz se murió de tifoidea a los 56 años.

Cuan grande es la providencia de Dios que estos tres “compañeros de alma” fueron canonizados juntos el 5 de octubre, 2003.

Arnoldo Janssen, José Freinademetz y Daniel Comboni

Rueguen por nosotros!